Hace mucho tiempo Carlos Gitlin comenzó a investigar sobre el chocolate. Pero el interés surgió fuertemente cuando descubrió la filosofía Bean to Bar. Él es ingeniero y lo atrapó esta forma de producir chocolate, la que requiere de procesos muy cuidados y complejos. Además, el chocolate de origen único es algo totalmente nuevo y disruptivo, y le encantó la idea de ser uno de los pioneros en ofrecer estos productos de alta calidad en Argentina.

En 2019 compramos la primera melanger y decidimos instalar una planta. En febrero de 2020 Chinoa comenzó a producir chocolates Bean to Bar en el Fin del Mundo.

“Chinoa es todo lo que te hace bien”. Te propone conectar con sensaciones placenteras, como un paisaje o el recuerdo de un ser querido. La idea es generar en los consumidores momentos de felicidad al probar nuestros chocolates. Queremos que cada cliente encuentre su “momento Chinoa”.

Cuando estábamos decidiendo el nombre de nuestra marca, nos preguntamos ¿qué es lo que realmente nos hace felices?, y finalmente Felipe, el más pequeño de la familia, propuso el nombre CHINOA que es una combinación de los nombres de nuestras dos perras Chicha y Noa, que transmiten todos los sentimientos que queremos generar Chinoa.

Así empezó CHINOA a construir felicidad desde el Fin del Mundo.